
Todos los que somos simracers sabemos que iRacing es como lo más top de lo top que puede haber en el mundo de la simulación de carreras. No solo porque las físicas de los autos parecen ser bastante realistas, sino que también porque tiene un sistema de «clasificación» de pilotos según tus capacidades, en donde siempre podrás correr con pilotos de rendimiento similar al tuyo. Eso hace que las carreras sean (en teoría) más peleadas, más entretenidas, y al final te irá bien si tienes el talento necesario.
Casi como en la vida real, ¿o no?
El asunto es que, hacerlo tan realista significa que también uno debe ser un piloto lo más realista posible. Así a uno le va mejor, y puede ir mejorando en la licencia dentro del juego.

iRacing usa un numerito llamado iRating, que en palabras simples es un sistema que mide el talento de un piloto. Mientras mejor iRating uno tiene, mejor piloto se supone que es, y también ayuda a que uno pueda correr con pilotos que, en teoría, son de performance similar a la de uno. Si en una carrera te va mejor que lo que se espera según tu número de licencia, aumenta tu iRating, y si te va peor de lo esperado tu iRating baja.
A mi, lo que más me ha costado es tener carreras limpias, o sea sin que me descuenten puntos por incidentes. Siempre tengo que irme afuera de la pista más de lo permitido, o de repente hago trompos por tratar de ir más rápido de lo que puedo. Es algo que no he podido mejorar en todos los años que llevo practicando el SimRacing: tratar de ir sólo a mi ritmo, y no al que me impongan los demás, no tratar de ir más rápido de lo que el auto y mis manos me permiten.
Además el hecho de que no sepa cómo modificar el setup del auto para que vaya más rápido, hace que de repente tenga que arriesgar más de la cuenta para tratar de bajar las décimas (o a veces segundos) que necesito para estar más adelante.
Me pasó la semana pasada con los Star Mazda en Sebring, pero eso es historia para otro post.